FUTURO
Remanso de cuadradas lunas donde
reside un blanco invierno.
Podrían verse limpias de imágenes,
limpias de ojos y de congregaciones
de
ojos lívidos de sueño,
y poseer contornos de
cuerpos
inefables.
Podrían dejar de serlo.
Dejar de ser la médula exacta
y órgano mismo del
tiempo.
La
claridad que las ahoga,
el
ecuador de luz viejo.
Podrían dejar de serlo.
Frío material de nieve
que persigue
por todas partes
y
todos los lugares.
Un
crepúsculo de río
sin márgenes,
un
mar de soles que no tiene
profundidades.
Podrían dejar de serlo,
casquetes helados
de la imagen.
Antonio Berlanga Pino
De “Dial del espejo”
LIBRO
FLOTANDO EN LAS
AGUAS
Sobre el remanso donde todo duerme,
raigambre en las aguas, con sólo momentos.
Parecieras
flotar tu tiempo de bruces,
deshecho de alguna caracola
que
se desprende del atrio marino.
Como si el pensamiento se
adhiere
a
los ostensorios de espuma,
qué
libre abandono te dijera que no existes,
en el azul opúsculo de las aguas.
Un
solemne conato de sepulcro.
Un
olvido que no hace orilla.
Cuánta distancia velas en mi mente,
como si no me hubiese clavado
tu
primer gemido.
Antonio Berlanga Pino
(de “Poemas sueltos”)
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DE LOS HÁBITOS MARINOS
se vierte por frondosas avenidas,
donde los habitados torreones
disgregan
lo facial de los vientos.
Mínima sombra de sirena huye
sin siquiera apostarse,
y un aliento del fondo marino duda
en grandes rompederos de brisa.
Olas de distancias se abaten
en sumideros de memorias, donde
el ayer hunde sus vestigios;
ya todo disimula un recuerdo.
Antonio
Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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TÚ
Tu sonrisa es un verso
desnudo en un blanco,
fondo de viola infinita
en el calor de las manos.
Es el poema constante
desnudo en un blanco.
La
blanca voz gemela
de mi íntimo retrato.
Y tus ojos son estrofas
de luz y ríos desbordados,
creciente desvelo mío
en azul y limpio estuario.
Antonio
Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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INSTINTO
Auroras de
esa ciencia cómo río humano,
saber ciego
que intuye gozos y latidos,
oculto
saber cómo un mar insospechado.
La canción sin las notas de un
interno sonido,
del aura
que despierta del genio a su vago
mundo
libre de norma y brillante de indicio.
Antonio Berlanga Pino
de
“Poemas sueltos”
TRISTEZA
Quiero
ceder el pensamiento, como
la mar
evade sus puros despojos,
en
blanco reptil ebrio de arena.
Quiero donar el ángel cadencioso,
la luz
donde palabras son estrellas;
un
desvelo me pone de nieve,
y un
hondo frío me recta en cadena.
Quiero
romper el cristal sordo de esta cadencia,
instrumento aguado, lluvia triste, o río;
qué
solo y qué inútil me hace tanta tristeza.
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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AMISTAD, AMOR
Amor, amor, amistad, y blandida distancia,
blanca empuñadura de título inmenso,
gran flecha
del ausente que ignora los paisajes,
y
va como una sombra dulce a la luz del hueso,
y
se titula dicha, inmensidad, desvelo,
y
como orografía de labio poseído
no deja herida.
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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Un poema para endulzar un poco la crisis
que
nos afecta en todos los sentidos.
LA CANCIÓN DE UNOS OJOS
Ojos de eterno inicio,
norte lleno
de palomas boreales,
equinoccios limpios,
azules valles.
¡Cuánto amor!
Ojos como veletas,
iris que me anticipa caminos
de buen amante.
Dos
profundas esferas
como dos mares,
como dos libres descensos
del
mismo celaje.
¡Cuánto amor!
Ojos perfectos
puros baluartes,
donde la luz dirime eternas
eternidades.
Flancos amorosos,
de júbilos brillantes,
lección de justa mirada,
ojos para encontrarme.
¡Cuánto amor!
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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A todos mis lectores y seguidores
VIDA
Que mi poema
sea un bosque,
savia donde navegue el reloj
de
mi alegría.
El árbol de esta mar vive hondo
y
el cielo torna sin echar raíces,
sólo admirar un punto en el aire.
Que mi palabra sean las hojas
de la felicidad que pesa en la rama,
he de dejar la luz de lo inefable,
sonrisa de nacido flotando
en el agua.
Antonio Berlanga
de “Poemas sueltos”
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De un día en la Alcazaba malagueña.
A la
pintora de Málaga
Antonia
María Samper
ALCAZABA
Solubles brisas ascienden
la cúpula del vergel hasta
expandir un sueño roto
en el agua,
sepulcro como una huella.
El estanque verde quiere
imitar el mar fruncido
de esmeralda.
En un instante, tu figura
expandida con un viento,
atempero de los arcos
por el agua.
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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¿Será verdad que la distancia no
claudica
ante el
recuerdo?
DEL AMOR AUSENTE
Nostalgia, recuerdo,
espejismo aciago
de tanto deseo.
Oh visor de barro,
ojito
en lo inmenso
que se va cerrando
a lo lejos…
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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AGORAFOBIA
Tengo miedo del paisaje
porque su lengua es la distancia
y me habla muy distante.
Porque hace diminuto
el recuerdo e inenarrable .
Cuando miro esos árboles,
que me son equidistantes,
siento que están sin raíces
desnudados en el aire,
y que se buscan sobre lo inmenso
para querer estrecharse.
Cuando miro esos ríos
que me parecieran graves
intermitencias de agua
que van a debilitarse,
simulacros de corrientes
que buscan oberturas
de valles,
siento perderme en un gran atisbo
musical que en mi frente no nace.
Cuando
miro sin un rumbo
esas destiladas aves,
en impaciente figura
querer
todas despertarse,
en el confín de las blandas brumas
parecen evaporarse.
Mis ojos parecieran tener
límites infranqueables.
Tengo miedo del paisaje.
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
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PIANO VIEJO
Póstumo capitolio de dedos
exprimen y desglosan tu sueño
dorado del
desencuentro.
En tu norte de misterio
las tibias notas tiemblan en cauce
maniatado de silencio.
Piano viejo,
qué bien te ves
varado en lo oscuro del suceso,
cedes para oírte por dentro.
Piano viejo.
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
DESARRAIGO
Quiero podar el árbol de mi origen,
él siempre estará como un pulmón
respirando el beso de la tierra.
Quiero labrar mis manos abiertas,
como tiene la vasta luz
a sus campos visuales para
que mares de ojos la contengan.
¡Qué huerto original me expresa
el universo!
Antonio
Berlanga
de “Poemas sueltos”
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CORREN LOS DESEOS
Blanco silencio,
estuario de la luna
de Selene
sobre lo quieto.
¡Corren los deseos!
Es
mi alma un libro
de nieve,
orilla en el viento…
¡Corren
los deseos!
Antonio Berlanga Pino
de “Poemas sueltos”
RÉQUIEM POR LOS MARINEROS
Halo oculto y
remoto, sobre los ojos
que miran a
través de la fija niebla,
y hallan en los
contornos oscurecidos
la luz a donde
la memoria no llega.
Sonido oscuro en
el tránsito denso,
arrancado de muerte, como presencia,
que invoca las señales, donde el recuerdo
ensoñador y silencioso se quiebra.
Ese mito o misterio hondo en la noche
de aquellas inefables formas secretas,
o sensaciones leves pero profundas,
diciendo: todo pasa, y todo queda.
Antonio Berlanga Pino
Del libro “Una mirada
al desván”
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La Estación
Tul de olas estivales de pasos
por las escalinatas amarillas.
Un bordón de paisajes aguardan
los trenes sopesados de la vida.
Rostros marinos por las ventanas,
sueños dorados por las vidrieras.
El ancho reloj tiene las horas,
y el tiempo silencioso las cesa.
Muchedumbres humanas repiten
en un hoy con historias siempre viejas.
Los destinos sin luces y brújulas
por las vías ocultas de la Tierra.
Antonio
Berlanga Pino
Del libro “Una
mirada al desván”
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Barca abandonada
¿Por qué este estar tan triste, tan desolado?
este abandono cuya cumbre no se supera?
Es quietud que no cabe en una mañana,
y es la sed humeante que no cabe en la arena.
Los verdes prados de las aguas hoy quieren
despertarte del sueño en que tanto te cierras:
caricias y reflejos sobre sombra de luna
y sobre un silencio y una muerte de piedra.
Oh, soledad y olvido, doliente abandono
sin límite de espacio ni reloj en la tierra,
qué índice anegado de cosas figuradas
me habla a mi tanto hoy de tu muerte completa.
Antonio Berlanga Pino
De “Una mirada al desván”
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La higuera
Abierta en su espacio remoto,
desnuda en su trazo de incendio.
Respira por su tronco de arena
todo aire carnal del deseo.
Se sitúa con su obra imperfecta
y su rumor varado y sediento,
el punto y la imagen certera
del mundo de la nada y del sueño.
En su cosmos del aire y la tierra,
qué desnudo coloso la crea.
De su ausencia que no cabe en lienzo,
¿qué luz recogerá su recuerdo?
Antonio Berlanga Pino
Del libro
“Una mirada al desván”
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La ola
Torbellino de espuma del motor de las aguas
que duermes a tu viaje
proceloso, tu nervio repetido y tu ansia.
Delirio de los mares que en un instante prendes,
en un vaivén te
desgastas,
y en la indolencia de las rocas te desvaneces,
ímpetu que desea volver a ser calma.
Eco mayor a más muerte,
canción gemela del alma.
Antonio Berlanga Pino
Del libro
“Una mirada al desván”
Esqueleto de torre
Qué sensación de piedra consumada
tu esquila silenciosa, tu cansancio,
tu mínima señal en lontananza,
el rumor de la cumbre de tu ocaso.
Qué sombra de una luz que está lejana,
qué luz de viva sombra y vivo rastro,
tu brisa neutra y tu albor en calma,
tu índice de recuerdo elevado.
Qué sostén de una épica manzana
que está a punto caerse de su ramo;
qué ramo del otoño en la tardanza
que estuviera a caer pronto del árbol.
Pero vas resistiendo sin la pausa
diluvio de relojes como un dardo
que invisible y certero te amenaza.
Antonio Berlanga Pino
De “Una mirada al
desván”
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Al maestro Don Antonio Machado.
Poeta que es referente literario
e histórico en la singladura
político-social de España.
SOLEDADES
En el fondo del mar
está el suspiro
del hombre con la
flor en la garganta,
ceniza de las olas que levanta
la dulce y tierna
sombra del deliro.
El recuerdo navega
en doble giro,
si un corazón de
sales se decanta;
lo lejos del
silencio que lo espanta
no evade la memoria
en un respiro.
¡Oh sangre de
amapola que es sufrida!
aquí yace y duerme
un infinito,
con el verso el
soñar, y el canto la ida,
La pasión en la
tierra y sólo el mito,
soledad, solamente
de una vida,
el alma el vuelo y
el pensar lo escrito.
Antonio Berlanga Pino
De
“Libro de sonetos”
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A Rubén Darío, uno de los máximos
exponentes del “modernismo hispano”
En este soneto se pone la diferencia
entre lo material y que reluce y lo
que no se ve, pero es tangible en otro
concepto puro.
DE DARÍO
¿Qué luz en juego, con su
vida inquieta,
busca para la rosa sin
color,
olvidando, en su idilio de
poeta,
que por linda es neutra a
su dolor?
¿Qué ungüentos para corte
de reineta
le dona confiado de su
amor,
si a más perfumes y
fragancia neta
más olvida, sin pausa, su
postor?
¡Ay! que donde se suele
la hermosura
hallar grandiosa por
blanda idea
se hace nulo su grado de
ternura;
Así pues, lo que en la
vida se vea
de tener alagada la
figura,
tener también la dicha no
se crea.
Antonio Berlanga Pino
De
“Libro de sonetos”
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En el recuerdo del inmortal
Federico García Lorca, cuya
huella es una savia lírica que
no ha de extinguirse.
PASIÓN
La verdad fue un agua que salió
del costado,
de su dolor sin mares que nadie
comprendía,
valle de flor en fuga que no se
ha cerrado,
donde la savia suena la roja
melodía.
El mundo es lo cruel, el corazón
lo alado
en busca de una savia de mieles
todavía,
que se agite como olas o
telúrico prado,
hasta ceñirse de ansia en una
boca fría.
Así pues, ya reposas, mar o espuma de cielo,
tu perfil tan innato, misterioso
de arena,
y tu siglo que canta y ora en el
doble hielo,
tu tallo de cal dura en un
inicio de pena,
y tu verde violín en la roca en
celo,
que como nieve en duda el aire
sólo drena.
Antonio Berlanga Pino
De “Libro de sonetos”
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Gustavo Adolfo Bécquer, del romanticismo tardío
español, y nuestro más insigne romántico.
Encarnación de la poesía, éste sevillano con
indudable originalidad nórdica, su rima pobre y
asonantada y su desnudez expresiva. Verdadero
prodigio de la lírica romántica en el solar hispano.
ÁNGEL DE LA TRISTEZA
Un ángel roto canta desasido,
con la cuerda clavada y el
desvelo,
grave entre la niebla y el
anhelo
de haberse, para sus pasos,
conocido.
Entre prados de espuma, debatido,
su herida como valle y el
gran duelo,
anhela el ala lírica del
vuelo
en la playa asonante del
olvido.
Pero, ¡oh! que del suspiro o
la cadencia,
lo triste del que aguarda o
lo amado,
la flor febril y la amorosa
ciencia,
el arpa caediza ha tornado
con célebre y mágica
incidencia
de su eterno lugar
desangelado.
Antonio Berlanga Pino
De “Libro de
sonetos”
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Torre enjaezada de
Sevilla.
F.G. L
Un soneto
de tema andaluz
TORRE DEL ORO
Mora de encaste,
torre de Sevilla,
dama del río,
con sutil solera,
cuántas veces el
tiempo no pudiera
clavarte sinuosa
banderilla.
Colofón de la
hechura, de agua brilla,
y ascua de luz
en alta cabellera,
y así, luciente
de su faz entera,
de perla un
estreno, y es sencilla.
Qué bien te mide un preciso tacto
en la silbante
escala y porte exacto,
el árabe genial
de tu remesa.
Roza así pues un
cenit de medida,
tu anillo y tu altura concebida,
para el cielo
obrado de tu empresa.
Antonio Berlanga Pino
De
“Libro de sonetos”
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Soneto al vertiginoso y bravo en belleza
“Tajo de Ronda”exponente imaginativo del
hombre por apaciguar los rigores de la naturaleza.
En las imágenes artificiosas del poema Ronda
podría ser la “ciudad encantada de Andalucía”
TAJO DE RONDA
Oh grafía de puente
enardecido,
performance en la
roca desatada,
del alto pie que yergue
suspendido,
puro afán que opera
en la quebrada.
Censor de margen en
hondo sentido,
de la ciudad que
brota separada,
en tropeles de cal,
blanco henchido,
tan ciega de su
altura y encantada.
Vacío de balcón
sonorizado,
por las ondas de
pájaro en pieza
y el trashumante
vértigo alado;
desafío de instar
naturaleza,
en rigor de confín
resquebrajado
y adusto cielo en
sin fin fiereza.
Antonio Berlanga Pino
De “Libro
de sonetos”
__________________________________________ Ciudad de Málaga. Juan Vargas
ROMANCE DE
JUAN VARGAS
Por las tristes travesías,
triste de perfil y
estampa,
los ojos como bajados
lirios, y honda la mirada.
Un lenguaje del suspiro
le brota en tres palabras;
se vuelve sien de lamento
en el aire de las plazas.
Por las tristes travesías,
triste cielo y madrugada,
qué ojos, igual a las
manos,
se oprimen y se
entrelazan,
por donde la pena aflige
y el sueño loco derrama
barquitos de luces libres
diminutos en el agua.
_¿Dónde vas, letargo de sangre,
gitano, rota su vara,
doncel taimado de puentes,
secreto de estrellas y
atlas?_
_¿Dónde vas? ¿Quién te
lleva
por pesadumbre de playa?
el rostro bañado en luces
y las manos ataviadas_
_¿Dónde vas? ¿Quién te
trae
despierto de furia mansa?
brisa de alondra tus manos
y yunque frío tu espalda_
_Voy donde tiene la pena
castillos altos de plata
y mansiones sobre gráficos
de espinitas orilladas_
_¿No ves, por donde yo
piso,
senda que se me adelanta?
Mi frente tiene un brillo
de luna entrecortada.
_Diez pinceles abatidos
mis dedos cuando se
ensanchan,
van dibujando al camino
designios de columnata_
_Un poder de duro mármol
sobre mí se me decanta,
entre mi cuerpo de umbría,
sobre mis ojos del agua_
Por densas calles del oro
numéricas y cifradas
su íntima voz se convierte
música en las entrañas,
y en la mitad de las
puertas
brillantes y levitadas
sus labios tejen perfiles
de amapolas solitarias.
Sobre tercos laberintos,
hierro de norma y balanza,
la ciudad, de cien
anuncios,
vela y se pone en guardia.
Y entre silencios de rosa
y melodías cortadas,
aves sueñan en su frente
y cielos en sus espaldas.
De “Romancero andaluz”